1. Inicio
  2.  › 
  3. Portugal
  4.  › 
  5. Lisboa

Puente Vasco da Gama

El paisaje urbano de Lisboa, la capital de Portugal, incluye no sólo una multitud de monumentos históricos, sino también una obra maestra de la técnica, el Puente Vasco da Gama. El puente, de 12,3 km de longitud sin vías de acceso, salva el Tajo, el mayor río del país, que se ensancha en un delta cerca de Lisboa antes de desembocar en el océano Atlántico.

Si se añaden los accesos al puente, éste se extiende a lo largo de 17,2 km, lo que lo convierte en uno de los puentes más largos del mundo. La autopista A12 pasa por encima del puente con un total de 6 carriles hasta el otro lado del Delta del Tajo.

Lisboa - desarrollo a través de puentes

La capital portuguesa está bordeada en su extremo sur por el delta del estuario del Tajo, de más de 10 km de ancho. La única forma de llegar al otro lado del delta era en ferry o en otros barcos. En consecuencia, las posibilidades de desarrollo económico y urbano de Lisboa se vieron muy limitadas hasta los años sesenta. Sólo un puente en el sentido más estricto de la palabra podría superar esta limitación.

Así, en 1966, con la ayuda de un puente, se creó la primera conexión fija con el extremo sur del Delta. Sin embargo, el Puente 25 de Abril pronto se vio sobrecargado y los hasta 44 millones de camiones y coches que pasan por él cada año tuvieron que ser guiados a través del casco antiguo de Lisboa hasta el puente. El puente Vasco da Gama, que se estaba construyendo desde 1995, pretendía aliviar la congestión.

Arquitectura moderna en honor a un descubridor

En 1998 se celebró en Lisboa la exposición mundial Expo 98, exactamente 500 años después de que el navegante portugués Vasco da Gama descubriera la ruta marítima a la India y ejerciera allí de virrey. Así que se decidió erigir un monumento al descubridor y dar su nombre al puente. La estructura se construyó como un puente atirantado y conecta la ciudad de Lisboa con, entre otras:

  • el antiguo recinto de la Expo
  • el aeropuerto internacional
  • varias localidades al sur de Lisboa (Alcochete, Montijo, Setúba).

En cuanto a su construcción, el Puente Vasco da Gama se caracteriza no sólo por su longitud, sino también por sus pilones en forma de H de 155 metros de altura, a los que se sujetan los puntales de cables de acero. Estos pilones resistirían incluso si fueran embestidos por un barco que viajara a 12 nudos y pesara 30.000 toneladas. La parte más larga del puente (unos 10 km) se apoya en un total de 166 pilares que se clavaron hasta 95 metros de profundidad en el suelo. Entre los dos pilones principales, pueden pasar por el puente barcos de hasta 45 metros de altura (en marea alta).

Conservación de la naturaleza y reasentamiento

Con el fin de crear espacio suficiente para la construcción del puente, hubo que reubicar a un total de 300 familias de un barrio pobre situado en la zona de construcción del acceso oeste a otras zonas de la ciudad antes de que comenzaran las obras. Otro aspecto que hubo que tener en cuenta fue la reserva natural Parque Natural do Estuário do Tejo, conocida por su población de más de 250 aves migratorias y acuáticas diferentes, que planteó exigencias especiales a los arquitectos del Ponte Vasco da Gama.

La protección de las aproximadamente 14.000 hectáreas de marismas fue una prioridad en la construcción del puente. Además, Lisboa está situada en una región donde se producen terremotos. Por ello, el puente Vasco da Gama se diseñó para resistir terremotos más fuertes, de 8,5 a 9 grados en la escala de Richter. Hoy en día, el Puente Vasco da Gama se considera un símbolo del Portugal moderno.