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Plaza de los Vosgos

La Plaza de los Vosgos (también conocida en alemán como "Platz der Vogesen" o "Plaza de los Vosgos") está situada en la capital francesa, París, en los distritos 3 y 4. Situado en el barrio del Marais, está considerado como uno de los más antiguos y bellos de toda la ciudad. Tanto a los lugareños como a los turistas curiosos les encanta visitar la plaza de los Vosgos y pueden desconectar del ajetreo de la vida cotidiana.

Origen e historia

La plaza de la capital francesa fue encargada por deseo expreso del rey Enrique IV. A principios del siglo XVII ya era la primera plaza urbana de París. Se inspiró en las bastidas fundadas en la Edad Media, con su estricta arquitectura rectangular y sus elegantes pasillos porticados. Su diseño es el epítome del clasicismo francés y un ejemplo único de la arquitectura del siglo XVII.

La plaza de los Vosgos fue diseñada y construida por Louis Métezeau. El arquitecto renacentista francés ya fue responsable de varias obras del rey Enrique IV y de su hijo, el rey Luis XIII. La plaza de los Vosgos tiene forma rectangular y mide unos 140 metros por 140 metros. Este hermoso lugar ha tenido varios nombres a lo largo de los siglos, como "Place Royale", "Place de l'Indivisibilité" o "Place de la Fabrication des Armes". Sin embargo, desde 1870 lleva su nombre oficial, Place des Vosges.

La joya verde del Marais

Si se encuentra en el barrio del Marais, no debe perderse esta impresionante plaza, una de las más bellas de toda la capital. En medio de la Plaza de los Vosgos hay una hermosa zona verde con una fuente. Aquí, los lugareños y los viajeros pueden alejarse de todo y relajarse. El parque es ideal para un acogedor picnic y una buena dosis de relajación.

Algunos bonitos edificios, como dos pabellones reales de principios del siglo XVII, caracterizan la plaza en sus lados norte y sur. Sin embargo, no están abiertas al público. Una estatua ecuestre de bronce del rey Luis XIII pudo ser admirada en épocas anteriores, pero fue víctima de la Revolución Francesa. La fuente octogonal se encuentra ahora en su lugar.

A lo largo de la plaza hay varias casas de ladrillo que merece la pena visitar. La casa de Victor Hugo, el autor de Los Miserables, se ha convertido en un museo y atrae a un gran número de curiosos todos los días excepto los lunes. Bajo los soportales se encuentran las entradas a los hoteles y a los exclusivos restaurantes gourmet.