Lidingö ha estado habitada desde la época vikinga. Varios monumentos históricos y el renombrado Museo de Lidingö hablan de esta época. Las exposiciones conducen a través de los siglos y el desarrollo en el archipiélago de Estocolmo. Para los interesados en el arte, se recomienda visitar el museo de arte Millesgården. Está situado en Herserudsklippan y rodeado por un parque de esculturas.
Ekholmsnäsbacken es el nombre de una suave colina que ofrece una amplia vista sobre el archipiélago. Es popular visitar la reserva natural de Långängen-Elfvik para observar ciervos y zorros rojos mientras se pasea por el bosque.
No hay que dejar de visitar la tostadora de café, la fábrica de chocolate y varias granjas. Los bonitos cafés, restaurantes, talleres de cerámica, galerías y tiendas también contribuyen al típico colorido local sueco.
La oferta deportiva es amplia, incluida la carrera de 30 kilómetros Lidingöloppet, que forma parte de una competición de resistencia. La competición se considera un clásico en Suecia y se dice que es la carrera campo a través más larga del mundo.
Las cercanas y pintorescas islas de Fjäderholmarna son un destino popular. Tanto en las playas del archipiélago cercano como en la propia Lidingö se pueden encontrar rápidamente lugares de baño idílicos.
