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Iglesia de Sao Roque

Esplendor renacentista en Bairro Alto

La Igreja de Sao Roque es una iglesia católica de la capital portuguesa, Lisboa. La primera piedra se colocó en 1506. En aquella época, servía de capilla para los jesuitas locales. Los monjes proporcionaron el impulso inicial para una ampliación integral. Las obras comenzaron en 1566 y la iglesia se terminó treinta años después. La iglesia está dedicada a San Roque (Sao Roque en portugués). Se le venera como patrón contra la peste.

Belleza sagrada en el interior

La fachada exterior está pintada de blanco. A primera vista, parece bastante sencillo y apenas sugiere mayor esplendor. Esta primera impresión cambia rápidamente nada más atravesar el portal: el interior de la Igreja está decorado con gran opulencia. Se utilizaron azulejos tradicionales de Portugal (azulejos), madera, oro brasileño, mármol y diversas piedras preciosas. A lo largo de los siglos, se añadieron capillas al edificio. La capilla de San Juan está considerada como una de las más ornamentadas del mundo. Se convirtió en la pieza central absoluta, a través de la cual la iglesia ganó una amplia popularidad. El rey Juan V lo hizo construir durante su reinado. El proyecto duró de 1742 a 1749. En la construcción participaron artistas italianos de renombre, como Nicola Salvi. Se hizo famoso con sus diseños para la Fuente de Trevi romana. El esplendor tuvo su precio: le costó a Johann V toda su fortuna.

Se salvó milagrosamente

En 1755, Lisboa sufrió un fuerte terremoto. Sin embargo, la magnífica Igreja sobrevivió indemne a la catástrofe. El Bairro Alto permaneció prácticamente intacto. Aún hoy, la iglesia es testigo del Renacimiento y ofrece a los visitantes una idea de la Lisboa de la época.
Se puede adquirir más información histórica en el Museo de Arte Sacro. El edificio era un asilo de pobres llamado Casa de Misericordia. Hoy en día alberga pinturas de gobernantes, reliquias, preciosos objetos de altar y piezas de mobiliario. No sólo los amantes del arte deberían planear una visita. La riqueza sacra fascina a la mayoría de los turistas de Lisboa y deja un recuerdo duradero.